miércoles, 18 de septiembre de 2013

A vueltas con las sustitutas sexuales



¡Hola bloggerxs! Hoy regreso con una entrada de la mano de Claudia Méndez, de Sexualidad-X, que ha tenido el detalle de escribir para Tu Sexualidad con Sentido este artículo tan interesante. Se trata de un tema tan controvertido como es el de las sustitutas sexuales.

El sexo, como tantas otras dimensiones de la naturaleza humana, no está exento de complicaciones. Sin embargo, nuestra cultura se ha esforzado en ocultarlas eficazmente  y reducirlas a la esfera de lo estrictamente privado. Dudas, preguntas, inseguridades, traumas más o menos pasajeros, conflictos sexuales y problemas fisiológicos se han visto así enquistados en miles de personas, redundando en una experiencia del contacto íntimo poco o nada satisfactorio. ¿Cómo superar los tabúes culturales y reclamar una sexualidad más sana, más consciente y, por lo tanto, más placentera? Hasta ahora contábamos con el recurso a los psicólogos y terapeutas sexuales, a l@s especialistas en urología y ginecología o a los doctores de medicina general. A base de tratamientos farmacológicos y orientación teórica, intentaban rehabilitar la percepción del sexo por parte de l@s pacientes. Pero esta inestimable ayuda tiene sus límites, precisamente, en su carácter abstracto. Cuando los medicamentos despiertan recelo y el asesoramiento psicológico se convierte en un marco etéreo, la terapia se complica. Para compensar este vacío en el tratamiento de la sexualidad y sus disfunciones, llega ahora una nueva hornada de profesionales: las sustitutas sexuales. Si esta etiqueta no te dice gran cosa, sigue leyendo este artículo. Descubrirás una controvertida fórmula terapéutica que a nadie deja indiferente.

Y, por definición, una sustituta sexual es…

“una consejera de sexualidad humana”, tal y como se autodenominan en Estados Unidos. Se trata, ni más ni menos, que de una persona que durante un período de tiempo más o menos prolongado con un paciente que sufre alguna disfunción de tipo sexual. En general, suelen ser contratadas por hombres con impotencia, personas frígidas o con la libido baja, pero también por discapacitados con dificultades a la hora de explorar y explotar su sexualidad. Cómo masturbarse, cómo disfrutar del coito o cómo abrirse a nuevas experiencias en el sexo son algunas de las lecciones que pueden impartir la sustitutas a sus pacientes (que no clientes). Pero en lugar de hacerlo desde el otro lado de una mesa de consulta, lo hacen desnudas y guiando la práctica. Y es que las consejeras de sexualidad humana son la versión tangible de las teorías psicoterapéuticas.

¿Prostituta yo?

La acción sexual que implica la labor de sustituta hace que muchos profesionales de la psicología y la psiquiatría la releguen en cierto sentido al estatus de prostitución encubierta. Al fin y al cabo, la tarea de la consejera de sexualidad no es demasiado diferente a la de una call girl. En ambos casos se trataría de concertar una cita entre una persona anónima (normalmente un hombre) y una profesional que ofrece un servicio a domicilio para practicar sexo. ¿Dónde está la diferencia entonces? En el objetivo. Mientras una prostituta no pretende nada más que la satisfacción momentánea del cliente, la sustituta sexual busca su rehabilitación. Es, ante todo, una educadora. De todas formas, muchas reconocen que la experiencia tiene una doble dimensión para ellas. Además de disfrutar su papel como terapeutas, disfrutan una buena dosis de gratificación sexual.

Teniendo en cuenta que en nuestra sociedad la prostitución sigue siendo un tema espinoso, no ha de extrañarnos que la profesión de sustituta sexual despierte cuanto menos recelo. Mientras muchos fruncen el ceño ante este tipo de experiencias, son ya cientos los pacientes que consiguen hacer aflorar su sexualidad dormida. ¿Negocio o salud? El debate está servido…



Por último, reiterar el agradecimiento a Claudia de Sexualidad-X por este artículo. Y a vosotrxs, lxs bloggerxs, ya sabéis, para cualquier duda estoy a vuestra disposición.



Paula Sánchez, Sexóloga

No hay comentarios:

Publicar un comentario