Una de las áreas sobre lo que me gusta leer es sobre las minorías eróticas o parafilias. Parafilia viene del griego para “al margen de” y filia “amor”. Por tanto, una parafilia es un patrón de comportamiento sexual donde la fuente de excitación no se encuentra en el coito, sino en otra cosa o actividad diferente. La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define la parafilia como “desviación sexual”. Es muy común que a las distintas parafilias o minorías eróticas se les impongan adjetivos como “desviaciones”, “perversiones” o incluso “enfermedad mental”. Sin embargo, la concepción que Alfred Kinsey (importante sexólogo estadounidense de la primera mitad del S.XX) tenía de las “perversiones” es que son fenómenos biológicos naturales. Por lo tanto, las parafilias son consideradas, generalmente, inofensivas.
Hoy comienzo con una parafilia muy conocida: el exhibicionimo. Todo el mundo experimenta la necesidad de desnudarse ya sea en
casa o en la playa, de niños o de mayores, sino que también pensamos en el
público, la gente que nos puede observar. Esto nos produce una sensación de
bienestar puramente físico. Pero solamente una minoría de gente en la sociedad
manifiesta un instinto especialmente pronunciado a la hora de exhibirse. Este
instinto forma parte integral de su vida. Aunque a menudo se pretenda lo
contrario, el deseo de exhibirse está probablemente muy difundido entre las
mujeres, lo que pasa es que el exhibicionismo de la mujer puede satisfacerse
más fácilmente que el del hombre. Cuando nos imaginamos a un exhibicionista, lo
primero que aparece en nuestro imaginario es el famoso hombre de la gabardina,
por lo que el exhibicionismo de carácter genital es propio del exhibicionismo
masculino. Entonces, puede decirse que hay exhibicionismo cuando alguien muestra
su órgano sexual a otra persona con el objetivo de procurarse a sí mismo un
goce sexual. Los exhibicionistas son unos eternos reincidentes. La liberación de tensiones que procura el rito
de exhibirse ejerce un atractivo. Sin embargo, frente a lo que se pueda pensar
o creer, el testigo presencial de un caso de exhibicionismo probablemente lo
considera un simple incidente. Por lo general, el exhibicionista no enseña el
pene más de una breve fracción de segundo y, al hacerlo, se siente avergonzado,
experimenta una sensación de terror y gozo a la vez. Rara es la vez que
consigue una erección ya que la eyaculación produce en él un anti-clímax, lo
deja sumido en una atmósfera de irritabilidad naciendo en él un hábito de
excesiva masturbación que desgasta sus energías dejándole insatisfecho. Y, por
supuesto, no son de carácter violento.
Se ha patologizado muchísimo este tipo de prácticas sexuales
sin llegar a pensar que es una forma como otra cualquiera de vivirse como
sujeto sexuado, una manera tan válida como otra cualquiera y que el deseo juega
un papel fundamental.
La próxima vez que veáis a un exhibicionista, pensad que
no os va a hacer ningún daño, sino que le está dando más vergüenza a él que a
ti la situación y saldrá corriendo antes de que te des cuenta. Está intentando
disfrutar de su sexualidad.
En próximas entradas, haré mención a otras minorías eróticas
para acercaros más a estas realidades tan diversas y curiosas. No pretendo que
compartáis lo que aquí escriba, sino que conozcáis un poco más estas formas de
vivir la sexualidad como seres sexuados que somos.
FUENTE: Las minorías eróticas by Dr. Lars Ullerstan
FUENTE: Las minorías eróticas by Dr. Lars Ullerstan
Paula Sánchez, Sexóloga
Holas Paula, creo que has acertado en todo en general, yo soy exhibicionista, y me gusta, pero cierto es que cuando actúo en público luego tengo una gran vergüenza y me arrepiento, anque luego vuelva a incidir.
ResponderEliminarTengo entendido también que esto pueda ser debido a que el exhibicionista tiene o cree tener un miembro viril (en caso de los hombres) no demasiado desarrollado ( vamos... que pequeño), pues creo que este sería mi caso.
Me gustaría hacerte también mas preguntas, pero esperare a ver si me contestas esta :PP
Hola!!
EliminarEs cierto que el exhibicionista (generalmente hombres) si sienten cierta vergüenza por su miembro (no sé si con fundamento o no, pero a sus ojos así ocurre) y ven en el exhibicionismo la opción para satisfacer sus deseos (ya que creen que los demás también verán así su miembro).
Lo del tamaño del pene es un tema muy subjetivo, ya que no se necesita una gran pene para proporcionar/obtener placer (igual hago una entrada sobre ello, jeje).
Cualquier cosa en la que te pueda ayudar, aquí estoy ;)
Bien, primero... no se si debo continuar escribiendo en ésta entrada de blog, o mejor en la última que tú has puesto, aún que también quiero preguntarte si puedo escribirte por eMail u otro, o mejor que siga en este blog, para terceras personas, (prefiero la primera opcion :)).
ResponderEliminarLuego..., me da un poco de corte, pero como que es anónimo ;), verás, no se si ¿es frecuente o normal que una persona con pareja, de hecho casado, tienda más a la masturbación que al sexo con ésta pareja?, se que pueden haber matizes como; edad, relación o confianza, mmm... quizás alguna otra. De hecho creo que no me motiva demasiado el sexo con la pareja porque es muy monotono, no hay fantasía y ella está muy cerrada, quiero decir, siempre en el mismo lugar, en tiempo y maneras y no es que yo no proponga otras opciones, pero nada :P . ¿Puede pues ser esta la causa? (no se si me he expresado bien).
Hola de nuevo!! Mira, si quieres que te conteste a través de email, en el apartado "sobre el blog" arriba a la derecha del mismo, tengo puesto a disposición de quien lo desee un correo electrónico que solo uso para estas consultas.
EliminarSaludos ;)