A lo largo de la historia, las
mujeres hemos sufrido una gran represión sobre nuestra sexualidad quedando, en muchos
países, invisible tanto para hombres como para las propias mujeres. Las mujeres
no podíamos tener placer, solamente proporcionárselo a los hombres. Se habla
muy poco a las niñas de lo que tienen, como mucho se les dice que tienen vagina
o se les pone sobrenombres como “hucha”. El otró día hice una entrada sobre el
tamaño del pene y su importancia para obtener y dar placer, asique por ello,
hoy voy a hablar del clítoris, esa fuente de placer para las mujeres.
El clítoris es un órgano
exclusivamente femenino cuya única función es proporcionar placer. Está
unido a los labios menores y está recubierto parcialmente
por éstos. De hecho, habitualmente son sólo visibles el capuchón y el glande del clítoris, que se hallan en la parte
superior de los labios menores, y que forman apenas una décima parte del
volumen total del clítoris. Podemos decir que es el homólogo del pene masculino:
tiene glande, prepucio y cuerpo. Reacciona prácticamente igual que el pene en cuanto que recibe gran flujo
de sangre cuando se encuentra en estado de excitación. Al ocurrir esto, el
clítoris se pone tenso y aumenta de tamaño, pudiendo llegar a duplicar su
tamaño (algunos estudios señalan que puede llegar a triplicarlo). En su extremo
existen más terminaciones nerviosas que en cualquier otro órgano (más de 8.000
terminaciones nerviosas), más incluso que el pene (entre 4.000 y 6.000
terminaciones nerviosas). Debido a su gran sensibilidad, muchas mujeres
prefieren su estimulación indirecta, ya que la estimulación directa les resulta
algo excesivo. Así como ocurre en los hombres, cuando la acumulación de sangre
llega a cierto punto, en la mujer se desencadena un mecanismo reflejo de
tensamiento de los músculos, contrayéndose. Estas contracciones expulsan la
sangre que se encuentra en los tejidos y en los plexos venosos y crean las
sensaciones orgásmicas. Podemos afirmar, pues, que mediante la adecuada
estimulación del clítoris, éste es el único medio para que una mujer (físicamente
sana, es decir, siempre que no sufra ningún tipo de disfunción) pueda alcanzar
el orgasmo. Tampoco quiero decir que las caricias o los besos, incluso el coito
u otras formas de amatoria, no ayuden a la excitación porque, por supuesto, sí
que lo hacen. Una mujer que no esté excitada, por más que estimulen su clítoris,
no logrará un orgasmo.
Algunos datos que en los últimos
tiempos se está dando sobre el clítoris son, por ejemplo, que el clítoris no
envejece pudiendo ofrecer a la mujer orgasmos intensos independientemente de su
edad, o que el orgasmo del clítoris generalmente es más intenso y duradero que
el del pene (aunque no siempre es así, ya que no todos los orgasmos son siempre
iguales).
Por desgracia, en algunas culturas
africanas se practica la infibulación o la ablación (Mutilación Genital Femenina)
del clítoris a una edad muy temprana para evitar que las mujeres conozcan el
placer sexual y el orgasmo. Esta práctica es considerada (en esas culturas)
parte de un rito de iniciación a la pubertad que se supone que protege la
virginidad de las mujeres y asegura que vivirán en castidad hasta el
matrimonio. Para otras sociedades, creencias y culturas (por ejemplo, la
occidental) se trata de una forma de discriminación, mutilación y represión
hacia la sexualidad de la mujer y atenta contra los derechos humanos.
Si queréis profundizar un poco más
sobre el clítoris, aquí os dejo un documental muy interesante. Cualquier
consulta que me queráis hacer, podéis comentar o utilizar el correo electrónico
;)
Paula Sánchez, Sexóloga